Será el curso que nos dé la entrada al Instituto, por lo tanto, nos tendremos que implicar con compromiso responsable y duradero en el tiempo.
Mirad, os dejo varios enlaces para que, prestéis especial atención a sus recomendaciones, que también son las mías y por supuesto intentéis seguirlas, poco a poco.
Deberes recomendados por un profesor para este verano: "Sé feliz como
el sol e indomable como el mar".
http://www.diariosur.es/sociedad/educacion/201506/11/deberes-recomendados-profesor-para-20150611123729.html

Por otra parte os dejo una magnífica entrada del blog de Osenseis, que tanto me está haciendo aprender este año, y que desde aquí les doy mi más sincera y humilde enhorabuena!"
Cómo hacer los deberes, rápido y bien.
Nuestras madres al leer este título dirían algo así como: “a buenas horas mangas verdes”. La semana que viene acaban las clases y nosotros repartiendo consejos sobre los deberes. Nunca es tarde si la dicha es buena, así que hoy traemos los consejos de Miguel de Luis desde el blog Sabia Vida:
Hola, en muy pocas palabras voy a
enseñarte un sistema para hacer deberes. (Nota para padres y seres de
tamaño parecido: Y trabajos de oficina). Está basado en dos técnicas de productividad: una americana que se llama GTD y otra japonesa que se llama las 5S.
Las he mezclado y resumido para tener un sistema genial con el que
hacer cualquier tarea desde primaria a universidad (y aún más allá).
1.- Separa Innecesarios (Sin piedad ni compasión).
Lo primero, tu lugar de trabajo. ¿Hay tele? Apagada. ¿Hermanos molestos? Haz que no molesten. ¿Ruido? No lo queremos. Lo
segundo, tu mesa. Nada que sea inútil para hacer los deberes debe estar
encima de la mesa. Nada. Cero. Cualquier cosa que no necesites ponla en
su sitio (que cuando trabajes nunca será tu mesa de trabajo). Todo lo
inútil es tu enemigo porque sólo sirve para distraer.
Recuerda: Distracción = Trabajar Más y Peor. (No sé tu, pero a mí me gusta trabajar menos y hacerlo todo bien).
2.- Limpiar.
Sí, hay que decirlo. Todo el polvo
que tenga tu mesa pasará a tu papel. También las miguitas que forma la
goma de borrar, la mina del lápiz, los restos del afilado. Todo esos
restos están programados para acabar con tus deberes. Defiéndelos.
¿Cuando limpiar?
- Antes de trabajar. (Pasar un paño seco y limpio tarda 5 segundos y 82 décimas y te aseguras no convertir tu tarea en un desastre).
- En cuanto aparezca. (Se limpia mejor, más fácil y más rápido así y te aseguras que siempre esté todo limpio).
- Situar Necesarios.
Después de la primera limpieza,
acerca todo lo que necesites para trabajar. Lo que vayas a usar mucho
que esté más cerca y lo que menos, más lejos. Por ejemplo el lápiz,
sobre la mesa. El diccionario, en un estante muy cerca. Las tijeras que
sólo vas a utilizar en plástica pueden estar en un cajón. ¿Y de verdad
necesitas tener cerca ese libro de consulta que sólo miras una vez a la
semana? En resumen lo más útil, más cerca, así no perderás tu tiempo y
mantendrás la mesa lo más despejada posible.(…)
3.- Cómete un sapito, qué rico que está.
¿Cómo llamamos a una tarea muy
difícil? ¿Algo que odiamos hacer? Un sapito. ¿Qué por qué? Cómete un
sapo y lo sabrás. Asqueroso. Pues eso, para mucha gente las matemáticas
pueden ser un sapito. Pues empieza por ellas, por lo que más odies.
Luego, todo lo demás te parecerá fácil en comparación. Además tendrás la
mente más descansada precisamente cuando más lo necesitas.
4.- Concentración Total.
Llegamos a lo más difícil y más útil.
Concentrarse sólo en lo que estás haciendo. Por eso quitamos todo lo
que no necesites para hacer los deberes. ¿Te acuerdas?
Pero también hay un truco:
Un lugar para tus ideas.
Puede ser un cuaderno, un folio, notas de estas autoadhesivas (post-its), incluso una bandeja.
Este es el truco. Cuando te venga una
idea a la cabeza que no sea de lo que estás haciendo, la anotas. Con
eso tu cerebro sabe que no te vas a olvidar y te dejará en paz. Al
dejarte en paz, trabajarás con más concentración. Y aunque tu
concentración sea regular al principio, poco a poco irás mejorando. Y
eso es lo que importa.
¿Música?
Hay gente que dice que no se debe
estudiar con música. Hay gente que dice que sí. Yo digo que depende. A
veces puede ayudar. Por ejemplo si hay ruido en casa, poner música puede
esconder el ruido. Ahora, eso sí, no vale cualquier música. No importa
que sea clásica, moderna o lo que sea. Lo que importa es que sea una
música tranquila que no te desconcentre. La marcha Radetzsky es muy
clásica y el Réquiem de Mozart también, pero yo no me puedo concentrar
con ellas. (…)
5.- Señalar Mejoras y Defectos. (En tu lugar de ideas)
Ahora tú eres quien manda. Nadie
mejor que tu para saber qué haces bien y mal. Y seguro que mientras vas
trabajando se te ocurren formas de mejorar tu trabajo. Sólo tienes que
estar alerta y las ideas llegarán.
Pues cuando lleguen, a tu lugar de
ideas, a tu cuaderno -que es lo mejor-. Las anotas, sólo las anotas, y
después de hacer los deberes, cuando tengas tiempo las evalúas. ¿Esto
funcionará o no? ¿Es una mejora o sólo me complica más la vida?
Recuerda, normalmente los sistemas mejores son los más simples, no los
más complejos. Porque entre más cosas tengas que hacer a la vez, más
fácil es equivocarse.
También puedes anotar por ejemplo si
necesitas un cajón nuevo. Si hay que comprar un lápiz, si de verdad
tienes que hablar con tu madre para que tu hermano el pequeño se
convenza de que no está bien pintar tus libros. Eso ya lo sabrás tú.
6.- Seguir mejorando.
Hazlo bien, sin adornos innecesarios y lo harás más rápido. Para
hacer algo rápido lo primero es hacerlo bien. Si no, tendrás que volver
a empezar (o harás una chapuza que no engañará a nadie). Al volver a
empezar, tardarás mucho tiempo. Además, según te acostumbras a hacer las
cosas bien, también las haces más rápido. Por ejemplo, a escribir. Un
niño de primero de primaria, ¿cómo escribe? ¿y a qué velocidad? Tu
cuerpo necesita aprender a hacer las cosas bien para hacerlas rápidos. Pero
bien no significa hacer las cosas más lento de lo necesario. Ni poner
adornos tontos. (Salvo que te guste hacerlo y a tu profesor también).
Haz lo que tengas que hacer y punto.
Lo que de verdad importa es que
tengas la mente clara, las preocupaciones, las ideas se las dejas a tu
cuaderno de ideas cuando estás trabajando, y siempre piensa en mejorar
un poquito. Sólo un poquito. Una cosa a la vez. Si siempre mejoras, al final llegarás mucho más lejos de lo que nunca pensaste.
Si durante el año has seguido de forma habitual estas pautas, seguro
que la semana que viene las notas serán buenas. Y si no lo son… repasa
durante el verano estos consejos. ¡Funcionan!
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